EL GALLO DE LA CATEDRAL
Cuando Quito era una ciudad llena de misterios y cuentos, existía un hombre de fuerte carácter, adinerado, muy bohemio y dedicado a la buena vida le tentaban las apuestas, las peleas de gallos, la buena comida, y sobre todo le encantaba la bebida ( mistela) y la graciosa ‘chola’ Mariana, que le robaba más de un suspiro. Este hombre era conocido como don Ramón Ayala y apodado el “buen gallo de barrio”. Asimismo, el personaje se vanagloriaba de sus 40 años de soltería, de su hacienda y de su apellido. Don Ramón desarrollaba su vida con un horario estricto; se levantaba a las 06:00 para luego ponerse el poncho de bayeta y comenzar a desayunar lomo asado, papas, un par de huevos fritos, una taza de chocolate, pan de huevo y el tentador queso de Cayambe. Después de comer como un dios, don Ramón pasaba a la biblioteca y disfrutaba de los recuerdos de sus antepasados. Tras gozar de una hora de siesta, se daba un masaje con agua olorosa y a las 15:00 salía a la calle derro...